martes, 21 de diciembre de 2010

Emily Dickinson y lo que no se puede decir


No pretendo hacer un estudio erudito ni crítico, ni analizar el sentido de la obra de Emily Dickinson; simplemente comentar uno de los temas que más me llaman la atención en su poesía: el de la imposibilidad de decir, la impotencia de la palabra.
En esta poética de “lo que no se puede decir” distingo tres tipos de “silencio”: a) frente a la Verdad/la Belleza- cualquier tipo de acontecimiento o hecho, natural o sobrenatural, con un alto grado de “realidad”, b) frente al dolor, y c) lo “secreto”.
Por supuesto, en el caso de la poesía es preferible leerla que explicarla, así que voy a comentar brevemente en qué creo que consisten estos “silencios” y a “mostrarlos” con algunos de los poemas.

La verdad

He aquí una interesante paradoja: que la verdad no pueda decirse. Podríamos hacer unas consideraciones rebuscadas, tales como que lo que se dice “sobre” algo real es siempre un enunciado, y que la “cosa” misma queda por “debajo”, muda; o podríamos citar simplemente el silencio de Jesús (El, que era la Verdad misma) cuando Pilato le preguntó “¿Qué es la verdad?”.(Jn. 18.38)
En ambos casos lo que podría decirse es que la verdad –como la belleza- se exhiben- se manifiestan- están ahí- y la palabra no las alcanza. Se contemplan más y mejor de lo que se dicen.

420

Lo conocerás - como sabes que es mediodía -
Por la Gloria -
Como el sol -
Por la gloria -
Como conocerás en el cielo -
A Dios Padre - y al Hijo.

Por la intuición, las cosas más poderosas
Se afirman - y no por palabras -
¿‘Yo soy la Medianoche’- necesita decir la medianoche -
‘Yo soy el amanecer’- necesita la majestad?

La omnipotencia - no tiene lengua -
Su balbuceo – es resplandor - y el Sol -
Su conversación - con el mar -
¿‘Cómo lo conocerás’?- consulta a tu Ojo!

593- fragmento

No podría definir el cambio -
La conversión de la mente,
Como la santificación del alma -
Se atestigua - no se explica –

500

En mi jardín anda un pájaro
Sobre una rueda sencilla –
Cuyos rayos hacen una música giratoria
Como si fuera un molino -

Nunca se para, pero demora
En la rosa más madura –
Prueba sin descender
Y elogia al partir,

Hasta que prueba cada especia –
Luego su giro encantado
Se enrosca en atmósferas remotas –
Y me reúno a mi perro.

Y él y yo dudamos
Si fue real, si estuvimos,
O llevamos el jardín en la mente
Esta curiosidad –

¡Pero él, mejor lógico,
dirige mis torpes ojos
A las flores que aún vibran!
¡Exquisita respuesta!

668

“Naturaleza” es lo que vemos –
el cerro - la tarde –
la ardilla – eclipse – el abejorro –
No – naturaleza es el Cielo –
Naturaleza es lo que oímos –
El bobolink – el mar –
El trueno – el grillo –
No – Naturaleza es la Armonía –
Naturaleza es lo que sabemos –
Y no tenemos arte para decir –
Tan impotente es nuestra sabiduría –
Para su simplicidad.



El dolor

En La condición humana, H. Arendt explica la “incomunicabilidad” del dolor: como experiencia íntima que es, permanece en el interior del hombre que sufre y no puede exhibirse con palabras. Yendo más lejos, su contemporánea Simone Weil trata centralmente el tema de la desgracia –una experiencia mucho más fuerte y duradera que la del dolor - y explica cómo generalmente ésta quita no sólo la palabra al que la padece, sino directamente la condición humana, privándolo de la compañía de los demás seres humanos.
De todos modos, la misma Dickinson explica claramente en su poesía esta extraña paradoja de que solamente los dolores leves pueden expresarse, mientras que los profundos – angustia, desgracia, aflicción – dejan el alma inerte e incapaz tanto de hablar como de derramar lágrimas. Veamos:

305

La diferencia entre Desesperación
Y Miedo – es como la que hay
Entre el instante del naufragio -
Y cuando el naufragio pasó -

La mente está serena – sin movimiento -
resignada como el ojo
En la frente de una estatua -
sabe – que no puede ver -

341

Después de una gran pena, viene un sentimiento formal -
los nervios se sientan ceremoniosos, como tumbas -
el corazón embotado pregunta si fue él quién sufrió,
y ¿ayer, o siglos antes?

El pie, mecánico, va alrededor
Del suelo, o el aire, o nada-
Un hábito inerte
Creció sin notarlo,
Un contento de cuarzo, como una piedra.

Esta es la hora de plomo -
Recordada, si se ha sobrevivido,
Como las personas que se congelan al juntar nieve -
Primero - escalofrío, luego estupor, luego el dejarse ir –

599

Hay un dolor – tan intenso –
Devora lo existente –
Entonces cubre el abismo con sopor –
Así la memoria puede pasar
Alrededor - cruzar –sobre él –
Como uno, desmayado –
Va seguro - donde un ojo abierto –
Lloraría sus huesos - uno a uno.


688

“Discurso”- es una travesura del parlamento -
“Lágrimas”- un ardid de los nervios -
pero el corazón con la más pesada carga
No – siempre - se mueve –

937

Sentí un tajo en mi mente –
Como si el cerebro se me partiese –
Traté de unirlo – fisura con fisura –
Pero no puede ajustarlas.

Me esforcé en juntar el pensamiento anterior –
Con el que le seguía –
Pero la secuencia se dispersó
Como cuentas – sobre el suelo.

Lo secreto

En este punto me parece que está lo más personal de su obra. Como poeta mística que es, sin duda Emily Dickinson ha experimentado la presencia de la divino/sobrenatural, y por qué no, la presencia de Dios mismo.
Ahora bien: estas experiencias místicas son secretas de dos maneras: la primera, porque aquello que se “vió” es realmente incomunicable por sus características propias, y porque aquello que “vió” o “escuchó” se exige que sea mantenido en secreto, como sucede generalmente con el conocimiento religioso que está reservado a un grupo de “iniciados” y que no haría más que perturbar al resto, por ser de índole sumamente “extraña” al sentido común y perturbadora de las creencias corrientes. Dice san Pablo “Ni ojo vio ni oído oyó lo que Dios tiene reservado para los que lo aman”, y dice esto haciendo constar que él sí vio y oyó, y sabe de lo que está hablando – y no quiere decirlo. En “Temor y temblor”, Kierkegaard nos muestra de manera agudísima con el ejemplo de Abraham todas las profundidades de un secreto, las profundidades de la fe.
En el caso de nuestra autora, los ejemplos son numerosísimos –podría decirse que la mayoría de su obra alude a visiones, seres, presencias o experiencias sobrenaturales, y esto explica grandemente la dificultad de su poesía para nosotros que no conocemos esas experiencias, y los dislates de los críticos que parece que las ignoran por completo.
Veamos algunos ejemplos de estos dos tipos de secretos:

662

La Turbación de uno en otro
Y Dios
Es el límite de la revelación,
En voz alta
No hay nada superior,
Pero aún,
La divinidad mora bajo sello.

410

La noche del primer día llegó –
Y agradecida por haber soportado
Algo tan terrible –
Le dije a mi alma de cantar –

Dijo que sus cuerdas habían estallado –
Su arco – hecho añicos –
Y así remendarla me dio trabajo –
Hasta el otro día –

Y entonces – un día tan inmenso
Como ayeres en pares,
Desenrolló su horror en mi rostro -
Hasta que bloqueó mis ojos –

Mi cerebro – comenzó a reír –
murmuré – como una loca -
y aunque fue años atrás – ese día –
tiene mi cerebro convulso – todavía –

y algo extraño – adentro –
que la persona que fui –
y esta – no sienten lo mismo –
¿puede ser locura – esto?

830

Ella volvió a este mundo.
Pero con un tinte de aquel –
Una manera compuesta,
Como un terrón
Casado con una violeta.
Más aliada del Cielo
Que con él mismo,
Vive dudando, mitad de polvo,
Y mitad del día, la Novia.

1048

Temas inauditos continuamente
se dirigen al alma
pero extraños como el Danés
para el resto.

Cadencias inauditas, para el oído
Susceptible – estímulo
Pero como un cuento oriental,
Para otros, fabulosas.

1092

No era santo – era demasiado grande –
Ni nieve – era demasiado pequeño –
Sólo se mantenía apartado
Como algo espiritual –

1622

Un barquito de ámbar se hunde
En un mar de éter,
Y en paz naufraga un marinero púrpura,
El hijo del éxtasis –

1721

El fue mi huésped – fue mi invitado.
Nunca hasta hoy
Podría decir si lo invité,
O él a mí.

Tan infinito nuestro trato
Tan íntimo, en verdad,
Como al análisis la cápsula parece
Que guarda la semilla.

1732

Mi vida se cerró dos veces antes del final –
Aún queda por ver
Si la inmortalidad revela
Un tercer evento para mí

Tan inmenso, desesperante de concebir
Como los dos que ocurrieron.
Separación es todo lo que sabemos del cielo
Y necesitamos del infierno.




Para terminar, no queda otra cosa que recomendar, para los que no la leyeron, la obra de Emily Dickinson, y para los que ya la leímos, el nuevo intento de alcanzarla.
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