martes, 28 de diciembre de 2010

un Abismo llama a otro abismo...

Un abismo llama a otro abismo (Salmo 42, 8)

Hay un corazón abierto del que sigue brotando un manantial de amor…y me está llamando.
La dignidad pareciera ser un tema jurídico, un tema de derechos, de no permitir que nos humillen, que nos pasen por encima, que nos maltraten… Pero hay un corazón abierto del que sigue brotando un manantial de amor…
Y la dignidad está bien: no debemos dejar –por nosotros y por los más débiles que nosotros- que nos quieran convertir en cosas, en mercancías, en esclavos (económicos, afectivos, sexuales, de la tecnología, del comercio, de la ciencia o la razón); Pero hay un corazón abierto del que sigue brotando un manantial de amor…
Nosotros no debemos permitir que nos roben la dignidad. Y sin embargo Jesús fue golpeado, difamado, escupido, pateado, humillado, burlado, torturado, finalmente clavado a la Cruz. ¿Cuál es la dignidad de Jesús, y la que nos ofrece a nosotros? Porque dice Juan “a todos los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios” (Juan 1.12).
Un abismo llama a otro abismo: de la profundidad del Corazón de Jesús, de donde brota un manantial de amor que no se agota nunca, nos viene la llamada a ser otro abismo de amor. Podemos responderle, porque fuimos creados a Su imagen y semejanza, es decir, llenos de amor, inteligencia, eternamente buenos. Tenemos con qué responderle: nadie nos puede robar la dignidad de seguir amando en las peores circunstancias, de seguir uniéndonos al corazón abierto y de poder decir: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Esa es la dignidad de los Hijos de Dios que nos enseña Jesús, la marca de realeza; no el deseo de dominar, de ser admirados, respetados, considerados, halagados, sino el deseo y la posibilidad inquebrantable de servir a los demás, de ponernos a disposición, de no guardarnos nada y no reclamar nada, porque de la fuente del Amor que nunca se agota nos sigue llegando el Agua de la Vida, porque hay un corazón abierto del que sigue brotando un manantial de amor…

viernes, 24 de diciembre de 2010

Hoy nos ha nacido un Salvador...


¡Gloria a Dios en el Cielo
y en la tierra, paz a los hombres
amados por El!

jueves, 23 de diciembre de 2010

de los nombres de Cristo


De los Nombres de Cristo
Fray Luis de León

Sólo una cosa de estas diré, y es que el original de este nombre Jesús, que es Iehosuah como arriba dijimos, tiene todas las letras de que se compone el nombre de Dios, que llaman de cuatro letras, y además de ellas tiene otras dos. Pues, como sabeís, el nombre de Dios de cuatro letras, que se encierra en este nombre, es nombre que no se pronuncia, o porque son vocales todas, o porque no se sabe la manera de su sonido, o por la religión y respeto que debemos a Dios, o porque, como yo algunas veces sospecho, aquel nombre y aquellas letras hacen la señal con que el mudo hablar no puede, o cualquiera que no osa hablar, significa su afecto y mudez con un sonido rudo y desatado y que no hace figura, que llamamos interjección en latín, que es una voz tosca y como si dijésemos sin rostro y sin facciones ni miembros; que quiso dar Dios por su nombre a los hombres la señal y el sonido de nuestra mudez para que entendiésemos que no cabe Dios ni en el entendimiento ni en la lengua, y que el verdadero nombrarle es confesarse la criatura por muda todas las veces que le quisiera nombrar, y que el embarazo de nuestra lengua y el silencio nuestro cuando nos levantamos a él es su nombre y loor, como David lo decía; así que es nombre inefable y que no se pronuncia. Más aunque no se pronuncia en sí, ya véis que en el nombre de Jesús, por razón de las dos letras que se le añaden, tiene pronunciación clara y sonido formado y significación entendida, para que acontezca en el nombre lo mismo que pasó en Cristo, y para que sea, como tengo dicho, retrato el nombre del ser. Porque, por la misma manera, en la persona de Cristo se junta la divinidad con el alma y con la carne del hombre; y la palabra divina, que no se leía, junta con estas dos letras, se lee, y sale a la luz lo escondido, hecho conversable y visible, y es Cristo un Jesús, esto es, un ayuntamiento de lo divino y lo humano, de lo que no se pronuncia y de lo que puede pronunciarse, y es causa que se pronuncie lo que se junta con ello.
Más en esto no pasemos de aquí, sino digamos ya de la significación del nombre de Jesús, como él conviene a Cristo, y como es sola de Cristo, y como abraza todo lo que de él se dice, y las muchas maneras como esta significación le conviene.
Jesús, pues, significa salvación o salud, que el ángel así lo dijo. Pues si se llama Salud Cristo, cierto será que lo es, que lo es para nosotros, porque para sí no tiene necesidad de salud el que en sí no padece falta ni tiene miedo de padecerla. Y si para nosotros Cristo es Jesús y Salud, bien se entiende que tenemos enfermedad nosotros, para cuyo remedio se ordena la salud de Jesús. Veamos, pues, la cualidad de nuestro estado miserable, y el número de nuestras flaquezas, y los daños y males nuestros, que de ellos conoceremos la grandeza de esta salud y su condición, y la razón que tiene Cristo para que el nombre Jesús, entre tantos nombres suyos, sea su propio nombre.
El hombre, de su natural, es movedizo y liviano y sin constancia en un ser, y, por lo que heredó de sus padres, es enfermo en todas las partes de que se compone su alma y su cuerpo. porque en el entendimiento tiene oscuridad, y en la voluntad flaqueza, y en el apetito perversa inclinación, y en la memoria olvido, y en los sentidos en unos engaño y en otros fuego, y en el cuerpo muerte, y desorden entre todas estas cosas que he dicho, y disensiones y guerra, que lo hacen expuesto a cualquier género de enfermedad y de mal. Y lo que es peor, heredó la culpa de sus padres, que es enfermedad en muchas maneras, por la fealdad suya que pone, y por la luz y la fuerza de la gracia que quita, y porque nos enemista con Dios, que es fiero enemigo, y porque nos sujeta al demonio y nos obliga a penas sin fin. a esta culpa común añade cada uno las suyas, y, para ser del todo miserables, como malos enfermos, ayudamos al mal y nos llamamos la muerte con los excesos que hacemos. De manera que nuestro estado, desde nuestro nacimiento, y por la mala elección de nuestro albedrío, y por las leyes que dios puso contra el pecado, y por las muchas cosas que nos invitan siempre a pecar, y por la tiranía cruel y el cetro durísimo que el demonio tiene sobre los pecadores, es infelicísimo y miserable estado, por dondequiera que lo miremos. Y nuestra enfermedad no es una enfermedad, sino una suma sin número de todo lo que es doloroso y enfermo.
El remedio de todos estos males es Cristo, que nos libra de ellos en las formas que ayer y hoy se han dicho en diferentes lugares; y porque es el remedio de todo ello, por eso es y se llama Jesús, esto es, Salvación y Salud.

(...) Porque nuestra salud, presupuesta la condición de nuestro ingenio, y la cualidad y muchedumbre de nuestras enfermedades y daños, y la corrupción que había en nuestro cuerpo, y el poder que por ella tenía en nuestra alma el demonio, y las penas a que la condenaban sus culpas, y el enojo y la enemistad contra nosotros de Dios, no podía hacerse ni venir a colmo si Cristo no fuera pastor que nos apacentara y guiara, y oveja que nos alimentara y vistiera, y hostia que se ofreciera por nuestras culpas, y sacerdote que interviniera por nosotros y nos desenojara a su Padre, y león que despedazara al león enemigo, y cordero que llevara sobre sí los pecados del mundo, y vid que nos comunicara su jugo, y puerta que nos metiera en el cielo, y médico que curara mil llagas y verdad que nos sacara del error, y luz que nos alumbrara los pies en la noche de esta vida oscurísima, y, finalmente, sol de justicia que en nuestras almas, ya libres por él, naciendo en el centro de ellas, derramara por todas sus partes sus lucidos rayos para hacerlas claras y hermosas. Y así, el nombre de Jesús está en todos los nombres que Cristo tiene, porque todo lo que en ellos hay se endereza y encamina a que Cristo sea perfectamente Jesús.

Leonardo de Vinci, la belleza y la nada


El secreto mensaje cristiano de Leonardo da Vinci

Aunque sobre la genialidad de Leonardo da Vinci no hubo nunca dudas, su vida y sus obras han sido a menudo objeto de interpretaciones malévolas.

Algunos libros le presentan como un increyente y homosexual, que por este motivo estaba amenazado por la Iglesia, otros, como «El Código da Vinci» de Dan Brown hace de él un maestro de esoterismo.

Con el deseo de poner las cosas en su sitio acaba de publicar en italiano un libro el filósofo Giuseppe Fornari, con el título « La belleza y la nada. La antropología cristiana de Leonardo da Vinci» («La bellezza e il nulla. L´antropologia cristiana di Leonardo da Vinci», editorial Marietti).

Para profundizar en el argumento, Zenit ha entrevistado al profesor Fornari.

--Varios autores han difundido la idea de que Leonardo da Vinci era un «naturalista» lejano o incluso opuesto al pensamiento y la cultura católicos. Con su libro, usted sostiene justo lo contrario. ¿Puede explicarnos por qué?

--Fornari: El principal error, cometido por ejemplo por Sigmund Freud, está en atribuir a Leonardo una visión naturalista análoga a la de la ciencia de los siglos XIX y XX. No podría haber una deformación más desviada de su pensamiento. Leonardo es ya un moderno, porque a sus ojos la naturaleza es un inmenso conjunto de fuerzas y fenómenos que el hombre debe tratar de conocer, y sobre la que tiene el derecho de intervenir, allí donde es posible.

La gran diferencia respecto a la visión que prevalece hoy, es que para él estas fuerzas son de carácter íntimamente espiritual, entendiendo por espíritu una energía y finalidad que no es material, que está dentro de la misma naturaleza, y remite a un origen trascendente.

Y una visión semejante no sólo no está en contradicción con la católica, sino que más bien la corrobora del modo más penetrante. Ciertamente se trataba de una visión demasiado avanzada para la época, como nos documentan las incomprensiones de Giorgio Vasari [célebre sobre todo por sus biografías de artistas italianos ndr.], preocupado porque las investigaciones científicas de Leonardo lo podrían haber llevado a posiciones religiosamente escépticas y herejes. Se trata por tanto de un prejuicio antiguo, que se funda esencialmente en una incomprensión.

--En su opinión, ¿cuáles son las obras pictóricas en las que Leonardo expresa su afinidad con la cultura y la teología cristianas?

--Fornari: Sin duda, en todas sus obras de tema religioso, se ve una maduración creciente que encuentra la plenitud de su madurez en la « Adoración de los Magos». Una constante en tales pinturas es la meditación sobre la realidad y centralidad del sacrificio, aceptado por Cristo para la salvación de la humanidad, una meditación que le venía de la tradición y de las sugerencias de los teólogos con quienes contactaba de vez en cuando, pero que Leonardo profundizó cada vez más a la luz de experiencias personales difíciles, marcadas por su condición de hijo ilegítimo. Todo esto le llevó a dar una interpretación de conmovedora verdad y profundidad a los grandes temas de la encarnación, la paternidad de Dios y la maternidad de María.

Le voy a poner sólo un ejemplo que me ha impresionado especialmente durante la preparación del libro: la « Madonna Benois» conservada en el Hermitage de San Petersburgo. En esta obra, todavía juvenil, vemos a una María casi niña, que mira con una sonrisa llena de alegría ingenua, y con una melancolía secreta, apenas insinuada, al Niño que tiene entre los brazos, absorto en la contemplación de una flor, símbolo de su futura crucifixión. Es una escena que se carga de connotaciones conmovedoras si pensamos que el pequeño Leonardo fue separado, cuando era todavía pequeño, de la jovencísima madre natural, Catalina, obligada a casarse, con un matrimonio reparador, y a dejar al pequeño «Lionardo» en la casa del padre.

¿Cómo no pensar en la reelaboración sapientemente filtrada de una experiencia traumática, que Leonardo conocía ciertamente por su misma madre, además de por las propias cicatrices emotivas? En esta especie de «flashback» se puede medir la cercanía de Leonardo con el contenido más íntimo del mensaje cristiano, a través de la reelaboración cognoscitiva de su propia experiencia.

--Usted asegura que para Leonardo la belleza artística es el medio por el que el hombre se une con Dios. ¿Puede ilustrarnos este concepto?

--Fornari: Es un argumento articulado y complejo, porque para reconstruirlo debemos unir observaciones explícitas de Leonardo con lo que se puede deducir de otros testimonios, y sobre todo de sus mismas obras. Leonardo parte de una visión que se remonta al menos parcialmente al platonismo florentino, según el cual, la belleza pertenece a una esfera ideal, superior a la corrupción del mundo material, pero esta reflexión está preñada de implicaciones nada consolantes. La misma prodigiosa facilidad con la que él sabía plasmar esta «divina belleza» debe haberle puesto en guardia. Su enorme talento le daba en efecto también el poder de usarlo para otros fines, como la vanidad, la ambición, la sensualidad.

La belleza del arte es por tanto ambigua, y depende de la manera en que respondemos con nuestra libertad a su ambigüedad: si optamos por su orientación auténticamente espiritual, o si nos quedamos en una visión más equívoca. Creo que esta meditación sobre la ambivalencia de la belleza, y sobre el reclamo que constituye para nuestra libertad, se convirtió en un tema cada vez más importante en la carrera de este artista.

La única vía de salida es la misma imagen de Cristo. Aceptando ser igual a nosotros y morir por nosotros, nos muestra la única solución: la aceptación del sufrimiento y del sacrificio por amor a los demás. De este modo, a través de él, podemos resurgir, y la belleza del mundo, que parecía y estaba destruida, por medio del amor resucita. La imagen de Cristo hace realidad la imagen y semejanza con Dios, por quien hemos sido creados y la belleza de Cristo se revela como la belleza del cuerpo resucitado, de la creación llevada a la redención. Con el mismo Dios, que se hace nuestra imagen, nosotros mismos nos convertimos en su imagen. Creo que es éste el secreto del arte cristiano más grande, el secreto del arte de Leonardo.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros...




En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

Ella estaba en el principio con Dios.

Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.

En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,

y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;

la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.

Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros,

y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único,

lleno de gracia y de verdad.

Juan, 1-5, 9-14


martes, 21 de diciembre de 2010

Emily Dickinson y lo que no se puede decir


No pretendo hacer un estudio erudito ni crítico, ni analizar el sentido de la obra de Emily Dickinson; simplemente comentar uno de los temas que más me llaman la atención en su poesía: el de la imposibilidad de decir, la impotencia de la palabra.
En esta poética de “lo que no se puede decir” distingo tres tipos de “silencio”: a) frente a la Verdad/la Belleza- cualquier tipo de acontecimiento o hecho, natural o sobrenatural, con un alto grado de “realidad”, b) frente al dolor, y c) lo “secreto”.
Por supuesto, en el caso de la poesía es preferible leerla que explicarla, así que voy a comentar brevemente en qué creo que consisten estos “silencios” y a “mostrarlos” con algunos de los poemas.

La verdad

He aquí una interesante paradoja: que la verdad no pueda decirse. Podríamos hacer unas consideraciones rebuscadas, tales como que lo que se dice “sobre” algo real es siempre un enunciado, y que la “cosa” misma queda por “debajo”, muda; o podríamos citar simplemente el silencio de Jesús (El, que era la Verdad misma) cuando Pilato le preguntó “¿Qué es la verdad?”.(Jn. 18.38)
En ambos casos lo que podría decirse es que la verdad –como la belleza- se exhiben- se manifiestan- están ahí- y la palabra no las alcanza. Se contemplan más y mejor de lo que se dicen.

420

Lo conocerás - como sabes que es mediodía -
Por la Gloria -
Como el sol -
Por la gloria -
Como conocerás en el cielo -
A Dios Padre - y al Hijo.

Por la intuición, las cosas más poderosas
Se afirman - y no por palabras -
¿‘Yo soy la Medianoche’- necesita decir la medianoche -
‘Yo soy el amanecer’- necesita la majestad?

La omnipotencia - no tiene lengua -
Su balbuceo – es resplandor - y el Sol -
Su conversación - con el mar -
¿‘Cómo lo conocerás’?- consulta a tu Ojo!

593- fragmento

No podría definir el cambio -
La conversión de la mente,
Como la santificación del alma -
Se atestigua - no se explica –

500

En mi jardín anda un pájaro
Sobre una rueda sencilla –
Cuyos rayos hacen una música giratoria
Como si fuera un molino -

Nunca se para, pero demora
En la rosa más madura –
Prueba sin descender
Y elogia al partir,

Hasta que prueba cada especia –
Luego su giro encantado
Se enrosca en atmósferas remotas –
Y me reúno a mi perro.

Y él y yo dudamos
Si fue real, si estuvimos,
O llevamos el jardín en la mente
Esta curiosidad –

¡Pero él, mejor lógico,
dirige mis torpes ojos
A las flores que aún vibran!
¡Exquisita respuesta!

668

“Naturaleza” es lo que vemos –
el cerro - la tarde –
la ardilla – eclipse – el abejorro –
No – naturaleza es el Cielo –
Naturaleza es lo que oímos –
El bobolink – el mar –
El trueno – el grillo –
No – Naturaleza es la Armonía –
Naturaleza es lo que sabemos –
Y no tenemos arte para decir –
Tan impotente es nuestra sabiduría –
Para su simplicidad.



El dolor

En La condición humana, H. Arendt explica la “incomunicabilidad” del dolor: como experiencia íntima que es, permanece en el interior del hombre que sufre y no puede exhibirse con palabras. Yendo más lejos, su contemporánea Simone Weil trata centralmente el tema de la desgracia –una experiencia mucho más fuerte y duradera que la del dolor - y explica cómo generalmente ésta quita no sólo la palabra al que la padece, sino directamente la condición humana, privándolo de la compañía de los demás seres humanos.
De todos modos, la misma Dickinson explica claramente en su poesía esta extraña paradoja de que solamente los dolores leves pueden expresarse, mientras que los profundos – angustia, desgracia, aflicción – dejan el alma inerte e incapaz tanto de hablar como de derramar lágrimas. Veamos:

305

La diferencia entre Desesperación
Y Miedo – es como la que hay
Entre el instante del naufragio -
Y cuando el naufragio pasó -

La mente está serena – sin movimiento -
resignada como el ojo
En la frente de una estatua -
sabe – que no puede ver -

341

Después de una gran pena, viene un sentimiento formal -
los nervios se sientan ceremoniosos, como tumbas -
el corazón embotado pregunta si fue él quién sufrió,
y ¿ayer, o siglos antes?

El pie, mecánico, va alrededor
Del suelo, o el aire, o nada-
Un hábito inerte
Creció sin notarlo,
Un contento de cuarzo, como una piedra.

Esta es la hora de plomo -
Recordada, si se ha sobrevivido,
Como las personas que se congelan al juntar nieve -
Primero - escalofrío, luego estupor, luego el dejarse ir –

599

Hay un dolor – tan intenso –
Devora lo existente –
Entonces cubre el abismo con sopor –
Así la memoria puede pasar
Alrededor - cruzar –sobre él –
Como uno, desmayado –
Va seguro - donde un ojo abierto –
Lloraría sus huesos - uno a uno.


688

“Discurso”- es una travesura del parlamento -
“Lágrimas”- un ardid de los nervios -
pero el corazón con la más pesada carga
No – siempre - se mueve –

937

Sentí un tajo en mi mente –
Como si el cerebro se me partiese –
Traté de unirlo – fisura con fisura –
Pero no puede ajustarlas.

Me esforcé en juntar el pensamiento anterior –
Con el que le seguía –
Pero la secuencia se dispersó
Como cuentas – sobre el suelo.

Lo secreto

En este punto me parece que está lo más personal de su obra. Como poeta mística que es, sin duda Emily Dickinson ha experimentado la presencia de la divino/sobrenatural, y por qué no, la presencia de Dios mismo.
Ahora bien: estas experiencias místicas son secretas de dos maneras: la primera, porque aquello que se “vió” es realmente incomunicable por sus características propias, y porque aquello que “vió” o “escuchó” se exige que sea mantenido en secreto, como sucede generalmente con el conocimiento religioso que está reservado a un grupo de “iniciados” y que no haría más que perturbar al resto, por ser de índole sumamente “extraña” al sentido común y perturbadora de las creencias corrientes. Dice san Pablo “Ni ojo vio ni oído oyó lo que Dios tiene reservado para los que lo aman”, y dice esto haciendo constar que él sí vio y oyó, y sabe de lo que está hablando – y no quiere decirlo. En “Temor y temblor”, Kierkegaard nos muestra de manera agudísima con el ejemplo de Abraham todas las profundidades de un secreto, las profundidades de la fe.
En el caso de nuestra autora, los ejemplos son numerosísimos –podría decirse que la mayoría de su obra alude a visiones, seres, presencias o experiencias sobrenaturales, y esto explica grandemente la dificultad de su poesía para nosotros que no conocemos esas experiencias, y los dislates de los críticos que parece que las ignoran por completo.
Veamos algunos ejemplos de estos dos tipos de secretos:

662

La Turbación de uno en otro
Y Dios
Es el límite de la revelación,
En voz alta
No hay nada superior,
Pero aún,
La divinidad mora bajo sello.

410

La noche del primer día llegó –
Y agradecida por haber soportado
Algo tan terrible –
Le dije a mi alma de cantar –

Dijo que sus cuerdas habían estallado –
Su arco – hecho añicos –
Y así remendarla me dio trabajo –
Hasta el otro día –

Y entonces – un día tan inmenso
Como ayeres en pares,
Desenrolló su horror en mi rostro -
Hasta que bloqueó mis ojos –

Mi cerebro – comenzó a reír –
murmuré – como una loca -
y aunque fue años atrás – ese día –
tiene mi cerebro convulso – todavía –

y algo extraño – adentro –
que la persona que fui –
y esta – no sienten lo mismo –
¿puede ser locura – esto?

830

Ella volvió a este mundo.
Pero con un tinte de aquel –
Una manera compuesta,
Como un terrón
Casado con una violeta.
Más aliada del Cielo
Que con él mismo,
Vive dudando, mitad de polvo,
Y mitad del día, la Novia.

1048

Temas inauditos continuamente
se dirigen al alma
pero extraños como el Danés
para el resto.

Cadencias inauditas, para el oído
Susceptible – estímulo
Pero como un cuento oriental,
Para otros, fabulosas.

1092

No era santo – era demasiado grande –
Ni nieve – era demasiado pequeño –
Sólo se mantenía apartado
Como algo espiritual –

1622

Un barquito de ámbar se hunde
En un mar de éter,
Y en paz naufraga un marinero púrpura,
El hijo del éxtasis –

1721

El fue mi huésped – fue mi invitado.
Nunca hasta hoy
Podría decir si lo invité,
O él a mí.

Tan infinito nuestro trato
Tan íntimo, en verdad,
Como al análisis la cápsula parece
Que guarda la semilla.

1732

Mi vida se cerró dos veces antes del final –
Aún queda por ver
Si la inmortalidad revela
Un tercer evento para mí

Tan inmenso, desesperante de concebir
Como los dos que ocurrieron.
Separación es todo lo que sabemos del cielo
Y necesitamos del infierno.




Para terminar, no queda otra cosa que recomendar, para los que no la leyeron, la obra de Emily Dickinson, y para los que ya la leímos, el nuevo intento de alcanzarla.
.




Este es Nuestro Dios


El, que era de condición divina,
no consideró esta igualdad con Dios
como algo que debía guardar celosamente;
al contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano,
se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte´
y muerte de cruz.
Por eso, Dios lo exaltó
y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,
para que al nombre de Jesús,
se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre,
"Jesucristo es el Señor".
Filipenses 2, 6-11

Poemas de Emily Dickinson


He aquí algunos poemas de mi "amiga" Emily Dickinson. Según mi ánimo seleccionaré otros de los que tengo traducidos. Hoy -sigue la tónica del mes- es sobre la naturaleza, el amor, y el silencio, sobre lo que no se puede decir...La numeración corresponde al original en inglés, The Complete Poems of Emily Dickinson, Thomas H. Johnson Ed.


387

La herejía más dulce recibida
que conocen hombre y mujer
convertirse uno en otro –
aunque la fe hospeda solo a dos –

las iglesias son tan frecuentes –
el ritual – tan pequeño –
tan inevitable la gracia –
faltar – es ser infiel –

420

Lo conocerás – como sabes que es mediodía –
por la Gloria –
como al sol –
por la Gloria –
como conocerás en el Cielo –
a Dios Padre – y al Hijo.

Por intuición, las cosas más poderosas
Se afirman – y no por palabras –
¿ “Yo soy la medianoche” – necesita decir la medianoche –
“Soy el amanecer” – la Majestad?

La omnipotencia – no tiene lengua –
Su seseo – es el rayo – y el sol –
Su conversación – con el mar –
¿ “Cómo lo conocerás” ?
¡Consulta a tu ojo!

469

el rojo – fuego – es la mañana –
violeta – el mediodía –
amarillo – el día – se acaba –
y después de eso – nada –

salvo miles de chispas – al ocaso –
revelan la anchura que ardió –
el territorio de plata – que
nunca - aún – se consumió -

668

“Naturaleza” es lo que vemos –
el cerro – la tarde –
la ardilla –el eclipse – el abejorro –
no - naturaleza es el cielo –
naturaleza es lo que oímos –
el bobolink – el mar –
el trueno – el grillo –
No – naturaleza es la armonía –
Naturaleza es lo que sabemos –
Aunque no podemos decir –
Tan impotente es nuestra sabiduría
Para su simplicidad.

742

Cuatro árboles – sobre un acre solitario –
Sin diseño,
Orden, o acción aparente -
Mantienen –

El Sol – que en la mañana los encuentra –
El Viento –
No tienen vecino más cercano –
Que Dios –

El acre les da - lugar –
Ellos - a èl - la atención del viajero –
O la sombra, o de la ardilla, quizás –
O un niño –

Cuál es su función en la naturaleza –
Su plan
Estrictamente – lo ocultan – o mejor -
Lo ignoran –

826

el amor se mide por sí mismo – sólo –
“tan grande como yo” – dice el sol
a quien nunca sintió su ardor –
él mismo es toda su semejanza –

1247

Acumularse como el final del trueno
Luego desmoronarse
Mientras lo creado se esconde
Esto podría ser poesía –

O amor – los dos llegan juntos –
probamos ambos y ninguno –
experimentarlos es consumirse –
nadie ve a Dios y vive –

1672

Suavemente una estrella amarilla
Ascendió a su sitio -
desatò la luna el sombrero de plata
de su faz lustral –
toda la noche se encendió suavemente
como un corredor de astros –
Padre, observé el Cielo,
Eres puntual.

1755

Hacer una pradera lleva un trébol y una abeja,
Un trébol, una abeja,
Y ensueño.
El ensueño solo alcanza,
si las abejas son varias.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

algo de Simone Weil


LA GRAVEDAD
Y LA GRACIA


Todos los movimientos naturales del alma están regidos por leyes análogas a las de la gravedad material. Sólo la gracia es la excepción.

*
Siempre hay que contar con que las cosas sucedan conforme a la gravedad, salvo intervención de lo sobrenatural.
*
Dos fuerzas reinan en el universo: luz y gravedad.

*
Gravedad.- De una manera general, lo que se espera de los demás está determinado por los efectos de la gravedad en nosotros; lo que se recibe está determinado por los efectos de la gravedad en ellos. A veces coinciden (por azar), a menudo no.

*
¿Porqué es que desde que un ser humano demuestra que tiene poca o mucha necesidad de otro, éste se aleja? Gravedad.
*
Lear, tragedia de la gravedad. Todo lo que se denomina bajeza es un fenómeno de la gravedad. Además la palabra bajeza lo indica.

*
El objeto de una acción y el nivel de energía que la alimenta, cosas distintas.
Hay que hacer tal cosa. ¿Pero de dónde sacar la energía? Una acción virtuosa puede rebajarse si no hay energía disponible al mismo nivel.

*
Lo bajo y lo superficial están en el mismo nivel. El ama violenta pero bajamente: frase posible. El ama profunda pero bajamente: frase imposible.

*
Si es verdad que el mismo sufrimiento es más difícil de soportar por un motivo elevado que por un motivo bajo (la gente que espera parada, inmóvil, de la una a las ocho de la mañana para conseguir un huevo, difícilmente lo hubiera hecho para salvar una vida humana), una virtud baja es quizás en ciertos aspectos mejor frente a las dificultades, las tentaciones y las desgracias que una virtud elevada. Soldados de Napoleón. De allí el uso de la crueldad para mantener o levantar la moral de los soldados. No olvidarlo respecto al desfallecimiento.
Este es un caso particular de la ley que pone generalmente la fuerza del lado de la bajeza. La gravedad es como un símbolo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

la canción del Amor es el silencio...

L´adoration, c´est l´amour ecrasé par la beauté, la force, la grandeur inmense de l´objet aimé; il tombe dans une sorte de défaillance, dans un silence plein, profond. C´est aussi le dernier effort de l´ame qui surabonde et ne peut plus dire: La adoración es el amor abrumado por la belleza, la fuerza, la inmensa grandeza del objeto amado. El amor cae entonces en una suerte de desfallecimiento, en un silencio pleno, profundo. Es también el último esfuerzo del alma que se desborda y no puede decir nada."

ELIZABETH DE LA TRINIDAD

para esta Navidad



María dijo entonces:
"Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡Su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen...